viernes, 26 de noviembre de 2010

Te voy a contar un cuento... La Princesa verdadera

La Princesa verdadera

     Había una vez una princesa, que se llamaba Romina. Vivía en un palacio a las afueras de El País de las Verdades. Todo el que mentía se quedaba sin habla. La princesa estaba buscando un príncipe que fuese sincero. Recibía en su palacio a todos los candidatos a príncipe. Uno por uno le iban contando una historia a la princesa. La princesa Romina eligió las tres historias que más le gustaron. Y de esos tres elegidos debía quedarse con uno, para ello tenían que pasar tres días con la princesa Romina. El primer candidato se declaró enseguida a la princesa y se quedó mudo porque mentía.Cuando la princesa le dijo que si la quería, no pudo responder. El segundo candidato le dijo a la princesa que estaba enamorado de ella  y  cuando la princesa le preguntó:
-¿De verdad me quieres? -.
Tampoco pudo contestar.Y por fin con el último candidato pasearon a la luz de la luna, estuvieron en barca por el lago. La princesa Romina se extrañaba por que el último candidato no se le declaraba. Y cuando se fueron a despedir la Princesa le preguntó:
-¿Estás enamorado de mí?-
Y el chico contestó:
-¿Qué sientes en tu corazón?-
Y la Princesa Romina contestó:
-Siento tú amor 
                                                                  Fin





viernes, 5 de noviembre de 2010

Caza de palabras: Un San Valentín no muy afortunado.

Había una vez una familia que vivía en una gran casa a las afueras de Madrid. Era un gran día, San Valentín. La hija mayor, que se llamaba Lara, estaba escribiendo una carta en un papel azul oscuro. Su madre, Elena, quería curiosear que estaba escribiendo su hija. De pronto Lara se dio cuenta y guardó la carta rápidamente en el cajón. Su madre hacía como si no supiera nada. En cuanto se fue Elena, Lara sacó la carta para terminarla. Al poco tiempo, Lara había ido a Correos a enviar la carta; lo único que no sabía es que se había equivocado de dirección. Esa carta en vez de llegar a su novio fue a parar a un chico que curiosamente también tenía novia. Poco mas tarde llamaron al timbre, Lara abrió. No había nadie, solo una carta en el escalón de la puerta. Ella la cogió lentamente. Empezó a leerla y vió que no se dirigía a ella. Por la noche fue al restaurante donde en la carta, Lara, invitaba a su novio a cenar. A la media hora de estar allí pensó que su novio no vendría. Obsevó a otro chico que estaba en otra mesa y pensaba que le pasaba lo mismo a ella. Lara se acercó y le dijo:

- Perdona si la pregunta es indiscreta, ¿esperas a alguien?

El pobre chico dijo que sí con cara de pena. Entonces él le hizo la misma pregunta a Lara. Ella contestó lo mismo que el joven. De pronto sonó un móvil. Daniel miró su teléfono, era su novia. Al rato volvió a sentarse con Lara.

- ¿Quién era?- dijo Lara.

El contestó:- Mi novia.- saltándose las lágrimas.

- ¿Por qué lloras?- preguntó Lara.

- Porque me ha dejado...-dijo Daniel.

- ¿Y por qué?- preguntó Lara.

- Por una carta que dice que me ha mandado una tal Lara. Y yo no sé nada de eso.- contestó el pobre chico.

- Perdona, ¿cómo te llamabas?- dijo Lara.

- ¿Yo? Daniel. ¿Y tú?

- ...Lara.

- ¡Qué casualidad! Te llamas como la de la carta.- dijo Daniel.

-  Sí, que casualidad...- dijo Lara muy seria.

En toda la noche no apareció ni el novio de Lara, ni la novia de Daniel. Entonces decidieron cenar juntos; se tiraron toda la noche hablando y justo cuando iban a traer el postre le sonó el móvil a Lara.

Algo no muy bueno iba a pasar....